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Aunque la cerveza es una de las bebidas más antiguas, pocos conocen el papel que las mujeres han desempeñado en su historia. En este post hacemos un repaso por las mujeres protagonistas en las distintas etapas de la historia de la cerveza porque, sin ellas, hoy nuestro mundo no sería posible.

 

EL NACIMIENTO DE LA CERVEZA

 

El origen de la cerveza está directamente ligado a las mujeres, que durante siglos fueron las principales productoras de esta bebida y que todavía mantiene su rastro en culturas alrededor de todo el mundo. De hecho, en la mayoría de las sociedades antiguas las deidades, diosas y protectoras de los cerveceros eran entidades femeninas asociadas con la fertilidad. 

 

SUMERIA Y MESOPOTAMIA: EL ORIGEN DE UNA TRADICIÓN

 

Hace más de 7.000 años, en Mesopotamia y Sumeria las mujeres eran las únicas que podían elaborar “cerveza”, manteniendo el control absoluto de la producción de una bebida consumida por la totalidad de la población. 

 

Las mujeres sumerias preparaban esta “cerveza” baja en alcohol para utilizarla en las ceremonias religiosas y como parte de la ración diaria de alimentos. En esta sociedad, las cerveceras gozaban de gran respeto y eran consideradas como sacerdotisas de la venerada diosa de la cerveza, Ninkasi. Por su parte, las mujeres de Babilonia fueron las que crearon los primeros suministros de esta bebida de forma comercial, regentando tabernas y panaderías donde se elaboraba cerveza de forma profesional.

 

EGIPTO: LA CERVEZA COMO MONEDA

 

Una parte importantísima de la dieta egipcia consistía en cerveza; de hecho, los salarios se pagaban, en parte, con cerveza (dos contenedores por día de trabajo). La bebida era preparada por mujeres en un área especial bajo la supervisión de la señora de la casa, pero su expansión por todo Egipto motivó que fueran reemplazadas por los hombres, que tomaron el mando del comercio y la distribución, mientras que ellas fueron relegadas a roles secundarios. Con esta expansión surgieron reconocidos maestros cerveceros e incluso algunas ciudades como Pelusa se hicieron famosas por la cerveza fabricada en ellas. 

 

VIKINGOS: LOS PODERES DE LA CERVEZA

 

Entre los siglos VIII y X A.C. los vikingos se extendieron por toda Europa. Cada nueva conquista era celebrada con Aul, una cerveza elaborada por las mujeres nórdicas que tenían la exclusividad de la elaboración de cervezas. 

 

Algunas de las cervezas elaboradas por las vikingas contenían ingredientes con poderes alucinógenos. De hecho, ellas crearon el concepto de bragg, una experiencia que les permitía ver el futuro estando bajo la influencia de esta singular variante de la cerveza. Estas recetas dieron a las mujeres que las preparaban un lugar especial en la sociedad, siendo consideradas como sacerdotisas.

 

HILDEGARDA DE BINGEN Y EL LÚPULO

 

Durante toda la Edad Media la cerveza se consumía en el ámbito doméstico y eran las mujeres quienes se encargaban de su elaboración. Esta bebida era una parte fundamental de la dieta, ya que contenía nutrientes esenciales y era menos susceptible de transmitir enfermedades que el agua. 

 

Los conventos alemanes fueron el destino de muchas mujeres solteras, favoreciendo la producción de cerveza de la misma manera que hacían los monasterios. Al mismo tiempo, los núcleos urbanos y los centros de importancia religiosa verían nacer cervecerías propiamente dichas, en las que se comercializaban cervezas que carecían de cualquier conservante, por lo que la producción era extremadamente local. 

 

Esto fue así hasta el siglo XII, cuando la monja benedictina Hildegarda de Bingen tuvo la idea de añadir lúpulo a la cerveza para conservar el líquido y darle un toque de amargor. Hildegarda de Bingen dejó por escrito unos descubrimientos que transformaron la elaboración de cerveza, permitiendo almacenarla durante mucho más tiempo. Este avance le valió a esta teóloga, escritora y botánica (entre otras muchas cosas) ser canonizada y considerada la santa patrona de la cerveza. 

 

LA MUJER COMO PRODUCTORA

 

En la Inglaterra del de los siglos XV y XVI la cerveza era una parte fundamental de la dieta de las familias inglesas de cualquier clase social (la reina Elisabeth I la tomaba para desayunar) y las mujeres siguen siendo las principales productoras. De hecho, el control de calidad de la cerveza era tan estricto, que las mujeres acusadas de adulterar o producir mala cerveza eran castigadas. 

 

LA CERVEZA Y LAS BRUJAS

 

La producción de cerveza se extendió por toda Europa, siempre controlada por mujeres, conocidas como alewives brewsters. Algunas de ellas producían más de lo que sus familias necesitaban y vendían los excedentes, lo que suponía una importante fuente de ingresos para la economía doméstica. 

 

Estas mujeres preparaban cerveza en sus casas en un caldero, donde hervían el mosto y mezclaban  los distintos ingredientes. Además, era frecuente que tuviesen gatos porque les ayudaban a ahuyentar a los ratones, los principales destructores de los granos de cereal y propagadores de enfermedades. Cuando una mujer vendía cerveza en su casa, colgaba una escoba en la entrada como símbolo del trabajo doméstico para hacerla fácilmente reconocible para los posibles compradores. En cambio, cuando estas empresarias cerveceras salían al mercado a vender su producto, solían llevar sombreros puntiagudos, que les ayudaban a destacar y distinguirse entre la multitud para atraer clientes. Calderos, sombreros puntiagudos, escobas, gatos… las mujeres cerveceras son las responsables de algunos de los estereotipos más famosos de la brujería que, al relacionar a las alewives con la brujería, permitía a los hombres justificar el control social sobre las mujeres.

 

Con la aparición de los gremios las mujeres empiezan a perder protagonismo en la elaboración de la cerveza. Aunque el primer gremio se fundó en Londres alrededor del año 1200, su expansión se produjo sobre todo en el siglo XVI, pasando a producirse la cerveza en fábricas gremiales a mayor escala. 

 

INDUSTRIALIZACIÓN Y PRODUCCIÓN A GRAN ESCALA

 

Con la llegada de la Revolución Industrial a principios del siglo XVIII, se industrializan los procesos productivos de la cerveza y esto hace que la producción casera a manos de mujeres desaparezca en toda Europa.

 

LA CERVEZA EN EL NUEVO MUNDO

 

Los colonos europeos que llegaron a América en el siglo XVIII también llevaron consigo la tradición cervecera. Una vez asentados, los colonos construían sus propias fábricas de cerveza en casa y eran las mujeres rurales quienes seguían siendo las responsables de la elaboración de la cerveza para uso doméstico. Un claro de ejemplo de esto es Martha Jefferson, la mujer del que fuera presidente de los EEUU, que preparaban famosas recetas regionales de trigo. De la misma manera, las mujeres nativas americanas como los Apaches o Maricopa también elaboraban sus propias cervezas para utilizar en diferentes rituales. 

 

Mientras tanto, en las grandes ciudades los hombres se hacen cargo de los negocios cerveceros. El descubrimiento de la levadura en 1857 de la mano de Pasteur, los nuevos métodos de refrigeración, los envases más baratos o el ferrocarril son algunos de los responsables de la expansión y consolidación de la industria cervecera a gran escala en fábricas de las que las mujeres fueron alejadas. 

 

RECUPERAR EL PROTAGONISMO PERDIDO

 

Entre 1920 y 1933 se aplica la famosa Ley Seca en USA y la elaboración de cerveza ilegal vuelve de nuevo a manos de las mujeres, que mantuvieron la tradición cervecera en sus hogares. Aunque a ley se abolió, siguió estando prohibido fabricar cerveza para el autoconsumo hasta los años 70.

 

En las décadas de los 50 y 60 el papel de la mujer en el mundo de la cerveza queda relegado a ser utilizado como mero reclamo publicitario, excluyéndose tanto de su elaboración como de su consumo. Los roles de género difundidos a través de la publicidad de la época crearon una imagen de la cerveza como una bebida exclusivamente masculina, un papel que se mantiene todavía en mucho ámbitos de la sociedad. 

 

Con la abolición de la prohibición de elaborar cerveza para autoconsumo, en los años 70 comenzaron a aparecer pequeños fabricantes con una orientación distinta al mercado lager que existía en USA. Pero no es hasta principios del siglo XXI cuando las mujeres comienzan a recobrar el protagonismo perdido en el mundo de la cerveza. 

 

Coincidiendo con la revolución craft, cada vez son más las mujeres dentro de la industria cervecera. En 2007 aparece en USA la Pink Boots Society, una fundación sin ánimo de lucro creada para promover la cultura de la cerveza y el papel de la mujer en este sector, organizando una red de trabajadoras y/o empresarias que reclaman el papel protagonista que les fue negado durante los últimos 150 años en el mundo de la cerveza. 

 

En MEGA hoy brindamos por todas las mujeres que a lo largo de la historia han contribuido a la popularización de la cerveza y también por las que hoy en día trabajan por una bebida que es nuestra razón de ser. ¡Salud, compañeras!