Las clasificadoras de botellas son en la actualidad un elemento imprescindible relacionado con la planta de envasado. Su tarea a priori parece sencilla: clasificar botellas dependiendo si cumplen con determinados valores específicos.
A lo largo del recorrido de los diferentes grupos de envasado, las botellas se ven sometidas a un examen exhaustivo de alta precisión, con mínimo margen de error y una elevada exigencia. Encontramos a los clasificadores, también denominados inspectores, ubicados en diferentes etapas del recorrido y su criterio de selección cambia en cada una dependiendo del objetivo de las mismas. Dependiendo de la línea de envasado en cuestión podemos encontrarnos con diferentes puntos de control, cada uno con sus propios criterios.
FUNCIÓN PRINCIPAL DE LAS CLASIFICADORAS
Para cada tipo de botellas conocidas se definen unos valores determinados, por ejemplo: altura, forma, color, nivel, posición… Las clasificadoras analizan cada botella y la procesan en tiempo real de acuerdo a los valores establecidos en cuestión pudiendo llegar a diferenciar entre varios tipos de botellas y especificaciones al mismo tiempo.
TIPOS DE CLASIFICADORAS DE BOTELLAS
De manera general podemos encontrarnos con dos tipos de clasificadoras de botellas:
- Las clasificadoras (propiamente dichas) cuya función es diferenciar entre tipos de botellas, clasificándolas para diferentes usos.
- Los inspectores en línea, cuya tarea consiste en clasificar las botellas según sean aptas o no.
LAS BOTELLAS Y SU COMPROMISO MEDIOAMBIENTAL
Debido al compromiso medioambiental y a la responsabilidad social se utiliza un gran porcentaje de envases retornables, es importante asegurar que solo entran al circuito de envasado las botellas adecuadas que se encuentren en perfecto estado y disposición para su reutilización, garantizando siempre la calidad del producto final y evitando a su vez paradas en el proceso de llenado debido a diferencias o defectos en las botellas.
Para poder reutilizarlas, las botellas que retornan a fábrica, necesitan someterse a una limpieza y esterilización exhaustivas. La lavadora de botellas se encarga de eliminar los residuos internos, así como de quitar las etiquetas para poder darle un nuevo uso al envase. Al finalizar su lavado las botellas se encuentran con una clasificadora que tiene por cometido detectar cualquier tipo de residuo en las botellas que no haya sido eliminado o posibles desperfectos ocasionados durante el proceso de limpieza, descartando aquellos envases que los presenten.
MÁS ALLÁ DE LAS BOTELLAS RETORNABLES
El trabajo de las clasificadoras no se reduce solo a las botellas que retornan a las fábricas. En las líneas de envasado donde se utilizan botellas de carácter no retornable también se requiere de estos puntos de control. Antes de su esterilización y posterior llenado, las botellas nuevas deben superar una inspección para comprobar que no tienen ningún tipo de rotura, defecto o desperfecto, siendo apartadas y descartadas aquellas que si lo presenten.
Si bien es cierto que cada línea tiene sus particulares puntos de control específicos, existen algunos comunes para todas ellas, por ejemplo, las inspectoras encargadas de comprobar el nivel de las botellas a la salida de la llenadora o aquellos ubicados a la salida de la etiquetadora, que comprueban que las botellas estén etiquetadas correctamente, sin que estén las etiquetas torcidas o estas presenten defectos. Para comprobar que están realizando su trabajo correctamente, las clasificadoras son puestas a prueba de manera constante. De manera periódica se incorporan a la línea botellas con diferentes errores para comprobar que son rechazadas con lo que conseguimos verificar la efectividad y rendimiento.