Cuando hablamos de cata de cerveza normalmente enfocamos nuestros pensamientos hacia una idea general común en torno a la valoración, más o menos exhaustiva, de una cerveza.
Sin embargo, el mundo de la cata de cerveza es ciertamente más rico y complejo, así como el mundo de la cerveza, y podemos encontrarnos con varios tipos de cata en función de su objetivo, rigurosidad o tipo de participantes… De tal manera que podemos encontrarnos con:
CATAS DE FABRICANTE
Las cerveceras siempre han tenido paladares educados para analizar la calidad y regularidad de sus productos, especialmente a partir del momento en el que la actividad se industrializó. Si un cervecero quería comercializar sus productos tenía que garantizar una cierta dosis de uniformidad y asegurar que cuando llegasen a su destino conservasen sus propiedades. Hoy en día estas catas de control son una realidad indiscutible y recaen en los paneles de cata de la cervecera, un grupo formado con personal propio o externo que se reúne periódicamente en unas dependencias de la fábrica habilitadas para este cometido. Con esta cata se complementan los análisis que se hacen en laboratorio para asegurar la calidad de todos y cada uno de los lotes elaborados.
CATAS DESCRIPTIVAS Y/O VALORATIVAS INDIVIDUALES
Son catas realizadas por expertos entrenados que analizan productos en condiciones óptimas. Normalmente se hacen por encargo de un tercero que busca obtener una valoración independiente de su producto o una descripción de un profesional que cuenta con un vocabulario amplio y rico.
CATAS DESCRIPTIVAS Y/O VALORATIVAS EN GRUPO
Similares a las anteriores pero participan varios profesionales que no interactúan durante el proceso. Solo al final del mismo se reúnen para llegar a un consenso sobre las características del producto y sí así estuviese establecido, puntuarlo o valorarlo. Son las más frecuentes en concursos y competiciones. Cuando se trata de valorar cervezas de un mismo tipo todos los participantes usan la misma guía de estilos.
CATAS FORMATIVAS
Organizadas por escuelas hosteleras, clubs de cata, empresas cerveceras o asociaciones vinculadas con la gastronomía. La subdivisión de las catas formativas es enorme, pueden ir desde un fabricante que presenta sus productos, a un estudio sobre un estilo concreto, pasando por la “cata de defectos” o el habitual “curso introductorio”. En este último se seleccionan diferentes estilos de cerveza y se analizan las cualidades básicas de cada uno de ellos para que el grupo participante pueda adquirir un conocimiento básico que le sea útil en el desempeño diario de su profesión.
La característica principal de la cata formativa es que está dirigida por un profesional que es conocedor de la temática seleccionada. La dinámica del análisis es bastante próxima a las anteriores pero los participantes no cuentan con unos conocimientos tan elevados pero sí con una inquietud creciente por este mundo. El profesional que la dirige adapta su lenguaje al público, así mismo decide el nivel de interacción que existirá entre los participantes.
CATAS DE LÚDICAS O HEDONISTAS
Es la cata más informal. Normalmente se trata de un pequeño grupo de personas que se sientan alrededor de una mesa, prueban una selección de cervezas y las comentan. Es frecuente que aún siendo la menos estricta esté dirigida por un aficionado más experimentado que informa sobre la historia y características de los productos que están catando. En esa figura, recae normalmente el trabajo de seleccionar las cervezas. Al igual que en las catas formativas, los asistentes tienen un interés creciente en el mundo de la cerveza.